Archive for the ‘Informacionalismo’ Category

La riqueza de las redes

Viernes, Mayo 16th, 2008

Pablo, Nacho, Dani y algunos otros amigos (sin blog .. todavía) estuvimos ayer en Santiago, en el día del emprendedor organizado por el IGAPE, asistiendo al trac de Software Libre. Javi Vázquez se había encargado de diseñar el recorrido de la jornada, y la verdad, el cartel de ponentes era de lo mejorcito: Juan Freire, Alfredo Romeo, Nacho Correas, … bloggers a los que sigo y admiro; gente con cosas que decir, de los que aprender.

Juan Freire centró su charla en la innovación abierta y las organizaciones en red como los patrones de comportamiento de las empresas del siglo XXI: la riqueza de las redes. No se puede resumir en un post todo lo que Juan transmite en (sólo) 25 minutos, por lo que trataré de contar lo que me pareció esencial de su charla.

En primer lugar, la reseña al estudio dirigido por Joan Torrent sobre cómo los sistemas de organización de las empresas constituye un aspecto diferencial en la creación de riqueza (es reseñable, por ejemplo que -de las empresas catalanas estudiadas- las intensivas en conocimiento, tecnología y organizadas en red cobran un 35% más que la media). Esto, debería al menos hacer reflexionar a muchas empresas que aún comulgan con los paradigmas heredados del industrialismo: organizaciones jerárquicas dirigidas según planes de acción diseñados por un selecto grupo de personas. Paradigmas, que, en la época informacional están condenados a fracasar.

cleveland network

Otro caso de estudio que mostró Juan, fue el caso de estudio sobre las redes de Cleveland y Sillicon Valley. Ambas ciudades americanas tienen recursos similares (en términos de universidad y personal capacitado, empresas y recursos financieros, …) pero en cambio la tendencia en uno y otro lugar es diametralmente opuesta. Cleveland, es una región en declive, fruto y paradigma de la época industrial; sin embargo, Sillicon Valley es fruto y paradigma de la era informacional, fruto de las redes sociales que la conforman [PDF].

sillicon valley network

El cambio sustancial entre las 2 regiones no parece la tipología y número de los nodos de su red, sino la forma en que se organizan, sus conexiones: la permeabilidad de los nodos. Así, mientras Cleveland podría parecerse al gráfico superior (el verde), Sillicon Valley se asemeja más al inferior (el rojo).

La red que dibuja el mapa de Sillicon Valley está mucho más conectada que la de Cleveland. Las fronteras de las organizaciones están mucho menos claras en Sillicon Valley: es decir, hay mayor permeabilidad.. lo que, a las finales, redunda en una mejor capacitación para generar riqueza. Porque como dice Juan Freire, lo que las diferencia principalmente es la cultura de colaboración, no los recursos disponibles.

Gracias al tutorial de David… puedo compartir también con vosotros las palabras de Juan Freire:

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Coase y los costes de transacción

Lunes, Enero 7th, 2008
En el último post hablamos del Dominio de la información y de la escasez. En éste pretendo ilustrar con un ejemplo la importancia de entender que las leyes económicas no cambian, aunque sí el entorno en que se aplican.

En 1937, el socialista inglés, Ronald H. Coase, publicó un artículo titulado The nature of the firm. En ese artículo, Coase, enumeró por vez primera los costes de transacción, tratando de explicar la razón de la emergencia de las grandes empresas jerárquicas de la época industrial.

Según Coase, existían razones económicas evidentes para que así sucediese. Una de las principales tenía que ver con el coste de la información. Tapscott y Williams -en el experimento de investigación que es Wikinomics- explican esta teoría:

“Producir una barra de pan, fabricar un automóvil o dirigir las urgencias de un hospital requerían pasos donde la cooperación estrecha y el objetivo común resultaban fundamentales para conseguir un producto útil. En la práctica cotidiana, no resultaba práctico descomponer la fabricación y otros procesos industriales en una serie de transacciones negociadas de forma independiente. Cada transacción implicaría unos costes que superarían cualquier ahorro obtenido por presiones competitivas.”

En su intento de explicar por qué las grandes industrias jerarquicas eran más eficientes que los pequeños productores, Coase determinó los costes de transacción dividiéndolos en:

  • Costes de búsqueda: localizar los distintos proveedores y determinar la idoneidad de los bienes que ofrecen.
  • Costes de contratación: negociar el precio y contratar las condiciones.
  • Costes de coordinación: encajar los distintos productos y procesos.

Con estes mimbres, se puede citar la ley de Coase como:

“Una empresa tenderá a expandirse hasta que los costes que supone organizar una transacción adicional dentro de la empresa igualen los costes que implica desempeñar esa misma función en el mercado abierto.”

Por tanto:

“Cuando salga más barato realizar una transacción dentro de la empresa, es recomendable hacerlo así; en cambio, si resulta más económico salir al mercado, no hay que intentar hacerlo de forma interna.”

En su momento los costes de transacción explicaron la emergencia de las grandes empresas de la época industrial (integración vertical). Irónicamente, a día de hoy, los costes de transacción explican el movimiento contrario: la emergencia de la empresa red (integración horizontal) y la produción autoorganizada.

Los medios de comunicación distribuida y barata (móviles, internet) provocan tal descenso en los costes de transacción (así como en los de producción) que en la actualidad, la ley de Coase se podría leer de forma inversa a su enumeración inicial:

“Las empresas deben replegarse hasta que el coste que supone realizar una transacción de forma interna no supere el coste que implica realizarla de forma externa. Los costes de transacción siguen existiendo, pero ahora suelen ser más onerosos en las empresas que en el mercado”.

Las leyes económicas no cambian. Pero sí el entorno en que se aplican.

El dominio de la información: ¿dónde está la escasez?

Viernes, Enero 4th, 2008
Hace unos días trataba de explicar qué significa La economía de la abundancia a partir de 2 conceptos antropológicos: los mumis y el potlacht. Y apuntaba que también se puede explicar el software libre a partir de ellos.

Pero el concepto mismo de economía de la abundancia es un término que suena extraño al principio. Porque lo primero que los economistas graban en sus mentes una vez inician la carrera es que “la economía es la ciencia de gestionar la escasez“, es decir, la economía estudia cómo asignar los recursos escasos de manera eficiente. Por eso a veces nos cuesta diferenciar entre lo gratis, lo gratuito y lo libre. El marco de pensamiento que nos otorga la economía “tradicional” (la que se estudia todavía en las facultades universitarias) no otorga las herramientas adecuadas para comprender la actual situación.

Pero quizás se haga difícil de comprender al inicio no sólo por el marco de pensamiento que nos otorga el estudio de economía “tradicional”. Quizás sea también que a veces cuando tratamos de explicar por qué funciona en nuestro discurso emocionado colamos 2 mentiras implícitas:

  • La primera es que no existe la escasez en la era de la información.
  • La segunda es que la situación supone un cambio radical de la economía y sus leyes.

Para explicar la primera mentira implícita es perfecto el último post de Nacho Correas:

“Another idea that I also found interesting was that every abundance creates new scarcity. Although old scarcities such as time and money are still scarce, there are new ones on the table: attention and reputation. There is only so much attention and reputation available in the world. On an Internet economy, attention can be measured by web traffic and reputation by incoming links.”

La escasez cambia de lugar (no desaparece) y los modelos de negocio deben cambiar también con ella. Ésa es la clave. Los mumis y el potlacht no son más que mitos que pretenden transmitir la idea de que en la economía de la abundancia, la función de los agentes económicos es incentivar la producción y redistribuir la riqueza. Y que para conseguirlo tienen como única herramienta su reputación, la capacidad de transmitir un “somos capaces de hacerlo”.

Por otra parte se hace necesario hacer un desmentido a la mayor: la nueva economía necesita de nuevas reglas económicas. Un libro que deberían leer todos los interesados en la economía de la información es El dominio de la información, Shapiro y Varian. Valga su declaración de intenciones para ilustrar la segunda mentira implícita:

“Al mismo tiempo seguíamos oyendo afirmaciones de que estábamos en una “Economía Nueva”. Esto parecía exigir una “Teoría Económica Nueva”, un conjunto de nuevos principios que guiaran las estrategias empresariales y las finanzas públicas en el nuevo entorno económico. Pero llegados ahí nos preguntamos, ¿ya ha leído alguien la literatura sobre discriminación de precios, ventas ligadas (bundling), señalización, concesión de licencias, lock-in (dependencia exclusiva) o teoría económica de redes? ¿Se ha estudiado la historia de la telefonía o los enfrentamientos entre IBM y el Departamento de Justicia? Nosotros creemos que no hace falta una nueva teoría económica. Lo único que hace falta es que la gente aprenda lo realmente interesante de la actual, las materias que no estudiaron en las facultades de economía. De manera que decidimos escribir este libro.”

La teoría económica no cambia. Pero el entorno donde se aplica sí.

De la abolición de la propiedad intelectual

Lunes, Diciembre 24th, 2007
Una vez centrado el debate, se puede empezar a discutir: ¿están los mecanismos jurídicos actuales funcionando como debieran?

Los datos nos dicen que no: la propiedad intelectual, no sólo no ha aumentado la innovación, sino que ha creado una industria altamente concentrada y muy poco innovadora. En el caso de la industria farmacéutica esto tiene además consecuencias peligrosas. En el caso de la informática, se ha ido desarrollando un movimiento contestatario y vanguardista que ha roto las bases mismas de la industria informática convencional (venta de licencias de producto) obligándola a reconvertirse o perecer.

Así, la experiencia del software libre (y ahora también los estudios económicos) nos demuestran que, en este momento histórico, la propiedad intelectual no es necesaria [PDF ] para garantizar la innovación y la justa remuneración por el trabajo realizado, sino todo lo contrario: está siendo perjudicial.

El estudio que reseña el New York Times dice expresamente que …

The two researchers have analyzed data from 1976 to 1999, the most recent year with complete data. They found that starting in the late 1990s, publicly traded companies saw patent litigation costs outstrip patent profits.

Llegados a este punto, es claro que la propiedad intelectual no funciona y que argumentar de un modo cuasi-religioso a favor de ella es una actitud irresponsable. Parece claro también que no debemos aferrarnos al status quo defendiendo un mecanismo que genera más problemas de los que pretende resolver. Por estos motivos (éticos y económicos), apoyo la abolición de la propiedad intelectual.

Principales referencias:

  • Against Intellectual Monopoly; David Levine, Michael Boldrine
  • Do patents work?; James Bessen, Michael J. Meurer

¿De qué hablamos cuando hablamos de propiedad intelectual?

Lunes, Diciembre 24th, 2007
Leyendo un post de La pastilla roja me siento un poco defraudado. Un blog que es uno de mis referentes… y que en este caso es tan poco riguroso.

Lo principal que uno debe conocer cuando se enfrenta a su estudio, es que la propiedad intelectual es un mecanismo estatal que pretende incentivar la innovación y recompensar al creador. Nada más, pero tampoco nada menos. Y en eso se equivoca Sergio Montoro en este post. Él le otorga categoría de derecho natural. Y no. No es eso cierto. Dejémoslo claro.

La propiedad intelectual no forma parte del derecho natural ni mucho menos, sino que forma parte del derecho positivo. Es decir, es una medida puesta por el Estado en aras de mediar entre los intereses públicos (que existan más y mejores medicamentos, programas de software, cultura, …) y los privados (la justa remuneración de los creadores).

Pero “las relaciones jurídicas y sociales dan forma a lo posible hasta convertirlo en lo real“. Y ése es el centro del debate. ¿Son adecuadas las relaciones jurídicas heredadas del industrialismo para la era de la información?

Desde esta base es desde la que podemos empezar a discutir… ¿qué ocurriría si ese mecanismo ya no fuese válido? ¿qué si ya no sirviese para la labor para la que fue creado?

El debate serio que debemos tener es ése, y no otro cualquiera cuasi-religioso. Porque lo que está en discusión es un sistema de propiedad intelectual adecuado a las condiciones del siglo XXI, no al del XIX.

Es tan necesario como debe ser riguroso, porque no es trivial el resultado del debate ni el mundo que se configura en torno a él.